G.V. trata de aplacar el malestar en Osakidetza con el anuncio de 4000 plazas

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Los ánimos están caldeados en la red de Atención Primaria de Euskadi por la difícil situación que atraviesan los profesionales sanitarios. Desde el pasado mes de agosto, cuando se desató la segunda ola de la pandemia, sus jornadas laborales son «caóticas», lo que, según denuncian, repercute directamente en la calidad de la atención al paciente. Médicos, enfermeras y personal administrativo «no dan abasto» y se confiesa «ahogados y extenuados».

La indignación de la plantilla quedó ayer patente en las concentraciones convocadas por los sindicatos para pedir medidas urgentes a Osakidetza y al Departamento de Salud. Un profundo malestar que el Gobierno vasco trató ayer de aplacar con el anuncio de 4.000 plazas para esta legislatura en la sanidad pública vasca.

Faltan efectivos por las vacaciones de la plantilla, no hay sustituciones, y a ello se suman los casos de coronavirus y el rastreo. Piden que se contrate a más personal y más presupuesto, pero en realidad estas reivindicaciones vienen de lejos. Los ambulatorios arrastran un deterioro estructural desde hace más de una década y el Covid no ha hecho más que agravar el problema y ahondar en una herida para la que se pide con urgencia una venda eficaz. La consejería que dirige Gotzone Sagardui, quien todavía no ha ofrecido ninguna rueda de prensa, reiteró ayer que su «compromiso» para reforzar la Atención Primaria y la sanidad pública es «sincero y total», de manera que seguirá avanzando en la «estabilización de la plantilla y la modernización de los equipamientos sanitarios». «Lo era antes y lo sigue siendo ahora también, y así está recogido entre los compromisos adquiridos por el Gobierno Vasco en su Programa de Gobierno, que contempla la creación de 4.000 plazas en los próximos 4 años», afirmaron.

Dentro de estas plazas, según precisó un portavoz autorizado del Departamento, están incluidas las 953 de nueva creación anunciadas en diciembre de 2019 para la OPE de Osakidetza prevista para este ejercicio, lo que supondrá «la mayor ampliación de la plantilla estructural hecha hasta el momento». En su día, la exconsejera Nekane Murga aseguró que con esta medida se reduciría la eventualidad en la plantilla en «un 4%». Del resto se desconoce si serán puestos de consolidación, contratos de interinidad o temporales que se convierten en fijos, o plazas de nueva creación, lo que supone de verdad aumentar la plantilla estructural de la sanidad pública vasca, que se compone de unos 27.000 trabajadores. Salud tampoco especificó el número de plazas que saldrán en los ambulatorios. «No se puede concretar más. Está sujeto a negociación sindical», explicaron fuentes de la consejería.

Atención Primaria

El Gobierno vasco recordó que entre 2019 y 2020 se han creado un total de 145 plazas nuevas en la red de Atención Primaria y que «uno de cada tres euros de las inversiones ordinarias que realiza Osakidetza se destina actualmente a los ambulatorios». Así, según explicaron en el comunicado, se ha renovado el parque de sistemas de la red de centros de salud de la comunidad autónoma, con la instalación de mas de 5.000 ordenadores, más de 4.000 impresoras y 215 equipos de configuración especial. También se han modernizado ambulatorios y creado nuevos equipamientos.

Sin embargo, desde las centrales sindicales tachan de «insuficiente» y como una «tomadura de pelo» este anuncio, que llegó en el día en el que se retomaron las movilizaciones. «Es una pose mediática ante una situación conflictiva en la que la plantilla está haciendo unas demandas concretas y realistas», lamentó Patxi Nicolau, portavoz de ESK. Los sindicatos temen que esas 4.000 plazas no sirvan para aumentar la plantilla en la medida en la que se necesita. Es decir, que entren nuevos profesionales. Según los cálculos de ESK, harían falta 10.000 plazas de nueva creación para acabar con la precariedad en Osakidetza. Desde UGT, su delegada de sanidad Ana Vázquez recuerda que la sanidad pública vasca tiene un alto índice de jubilaciones porque la edad media de la plantilla es elevada. «Hay que reponer esas plazas, en cuatro años se jubilará mucha gente», apunta.

Salud aseguró que tiene «la mano tendida al diálogo» y reiteró su voluntad de reunirse «cuanto antes» con todos los agentes sindicales «con el fin de trabajar conjuntamente en una respuesta adecuada a las necesidades planteadas». Sin embargo, tal y como denunció Amaya Mayor, portavoz en Bizkaia del sindicato de enfermería SATSE, el Departamento «anuncia las 4.000 plazas en la prensa sin haber hablado con la parte social. Son promesas a cuatro años pero los problemas

Osakidetza los tiene ahora», subrayó. En este sentido, la representante de UGT incidió en que las medidas hubieran sido «necesarias mucho antes» y que durante el verano han intentando comunicarse con Osakidetza, pero ha sido en vano. «No hemos sabido nada y ahora reaparecen con este 'quitamiedos'. Hacen todo a salto de mata», zanjó.

«No es el momento más adecuado para movilizarse»

Las movilizaciones de los sindicatos no son nuevas. Durante la pandemia han convocado protestas en tres ocasiones. El Ejecutivo vasco es consciente de la «preocupación derivada del impacto del Covid en el sistema sanitario» y que la crisis ha puesto de relieve la necesidad de reforzar el Servicio Vasco de Salud para dar una respuesta adecuada a las nuevas amenazas sanitarias que afronta la ciudadanía. En un comunicado aseguró respetar «el derecho de los profesionales a la movilización», pero también precisó que «no es el momento más adecuado». «Quienes sufrirán las consecuencias serán los ciudadanos de Euskadi, y más en estas circunstancias de pandemia», explicaron.